Este blog surge al cumplir 60 años, se acerca la jubilacion aunque con ganas de seguir activa pero esta vez haciendo lo que me gusta.

Decidí viajar a mi ritmo y descubrí que sobrevivir a la soledad también puede ser un deporte extremo. Después de más de 30 años en pareja, reaprender a vivir por mí misma fue miedo, ansiedad… y risas inesperadas cuando menos lo esperaba.

He aprendido a cuidarme, tanto física como emocionalmente: mover el cuerpo, nutrirme, reflexionar, disfrutar de pequeños rituales que me mantienen en equilibrio. La tecnología me acompaña, no solo para planear viajes, sino para conectarme con el mundo, compartir experiencias y mantener cerca a quienes quiero, aunque estén lejos.

He cometido errores, pedido disculpas y recibido cariño donde menos lo imaginaba. También he convivido con la indiferencia, pero sobreviví. Lloré, me perdí y, sobre todo, me reencontré.

Hoy vivo a mi manera: con curiosidad, humor y ganas de seguir explorando. Busco a la niña que fui y comparto mis viajes, historias, aprendizajes y herramientas que me ayudan a cuidar de mí misma. Porque si no nos encontramos y cuidamos a nosotros mismos, ¿quién lo hará?

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