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¡Moda a los 60!
O cómo sobrevivir al apocalipsis monocromático sin perder la paciencia

Querida, parece que cuando cumples 60 años, te llega automáticamente un manual de instrucciones de moda escrito por el Ministerio Internacional del Aburrimiento Textil. Primera regla: ¡no a los colores y estampados! Porque claro, si llevas flores parecerás más vieja. ¿Y si llevas una margarita en la blusa, qué pasa? ¿Te conviertes en planta perenne?
Y luego viene lo del “monocromático”. ¡Un solo color para todo el outfit! Ni que fuéramos monjes zen o una muestra de pintura de catálogo. ¿Tú te imaginas el día entero de azul marino? ¡Ni en la Marina hay tanto azul!
Y lo de los adornos... ¡Ay, los adornos! "Una sola perla, no más, que si no parece usted una lámpara de araña." Pues mira, si me apetece parecer un árbol de Navidad, ¡me planto el espumillón y lo luces como si fuera Versace, cariño! ¿Quién decide cuántos anillos son socialmente aceptables? ¿Una secta secreta de diseñadores con trauma infantil por culpa de una pulsera?
¡Y no me hagas hablar de los jeans oscuros! Porque, según los iluminados de la moda, si no van bien combinados, puedes explotar o invocar a Coco Chanel del más allá. ¡Por favor! Si mis jeans tienen brillantitos, tachuelas o lentejuelas, es porque mis caderas brillan con luz propia. Y si no le gusta a nadie... ¡que no mire!
¿Y qué me dicen de las gafas minimalistas? ¿Sencillas y sin cadena? ¿Y entonces dónde cuelgo mis gafas cuando voy al baño, eh? ¿Al bolsillo como una chavalina de 20? ¡No, hombre, no! Mi cadena de gafas es más útil que muchos estilistas y combina divinamente con mis pendientes de fiesta.
Y ya cuando llegamos al calzado... “antideslizante, cómodo, con velcro…” Vamos a ver: que sí, que no quiero darme una costalada en la calle, pero tampoco quiero parecer que voy a hacer la compra en pantuflas. Si mis zapatillas brillan en la oscuridad y tienen cámara de aire, mejor: moda y seguridad, ¡todo en uno!
A si que a mis 60 me visto como me da la santa gana. Que si quiero ir de leopardo, voy de leopardo. Que si me pongo un tanga debajo del vestido, ¡pues mira tú, eso que me quito de lavar! Que si mi blusa tiene lunares, rayas y una piña bordada, pues mejor: soy un cóctel visual, sabroso y con estilo.
Así que a los entendidos en moda, con todo el respeto del mundo: dejadnos vestirnos en paz. Que de reglas ya vamos servidas de toda una vida.
¡Viva el estampado, el color, los pendientes como candelabros y el buen humor que ni la moda puede apagar!
¡Queridos expertos en moda para la tercera edad: bajad del pedestal y subid a la realidad!
¿Qué pasa, que cumplir años ahora viene con uniforme oficial? ¿Nos mandan el catálogo por correo? "Estimado jubilado: elija entre ropa neutra, cara de resignación y joyería mínima. Gracias por su colaboración. Atentamente: el comité de las apariencias."
¡Pues no, guapo! Yo no soy un maniquí de geriátrico, ¡soy una mujer con historia, curvas, arrugas con nombre propio y más estilo en una pestaña postiza que todo vuestro desfile entero!
¿Demasiados colores y estampados? ¡El arcoíris se viste de mí los lunes! ¿Monocromático? ¡Ni que me hubieran comprado al por mayor en una fábrica de uniformes! ¿Adornos controlados? ¡Si yo decido ir vestida de joyero andante, me lo merezco y punto! ¡Cada anillo es un capítulo y cada collar, una victoria!
Y los vaqueros... ¡Oh, los vaqueros oscuros, salvadores del glamour sesentero! ¿No pueden tener un brillito, una pedrería, una mariposa bordada? ¿Acaso una lentejuela le quita elasticidad al pantalón? ¡Anda ya!
Y no olvidemos esa perla de sabiduría que dice que los complementos deben ser "sencillos". Claro, porque si me ven con gafas rojas, colgantes y un sombrero con flores piensan que me he escapado de una fiesta de disfraces. Pues sí, señor, la vida es una fiesta y yo vengo bien vestida para ella.
Porque lo que no saben estos iluminados es que:
💥 La verdadera elegancia no está en el “menos es más”, sino en el “más es mío y me encanta”.
💥 La edad no limita el estilo, ¡lo afina!
💥 Y que la comodidad y el buen gusto no están reñidos con la personalidad ni con las lentejuelas.
Así que aquí va mi humilde consejo a toda mujer de 60, 70, 80 o más:
Viste lo que te dé la gana. Si te gusta, te queda bien. Si te sientes cómoda, vas perfecta. Si te hace feliz, brillas. Y si te critican... que se pongan gafas oscuras y aprendan.
No te voy a mostrar lo que se lleva porque tu ya sabes lo que te sienta, te gusta y te sientes comomoda, asi que diviertete viste y calza lo que  te apetezca, ponte los adornos que quieras y los brillos que necesites. 

Moda Global Influencia segun tu Etnia

Las culturas no solo se tragan la moda global… también la retuercen, la reinventan y la ponen a su manera 😎. Esto se llama hibridación o localización de la moda, y se nota un montón en nuestro día a día:

 1. Mezclar prendas como si nada

Lo más común es juntar ropa occidental —esa que marca tendencia— con piezas tradicionales.

  • Integración: Unos jeans o una chaqueta bomber + una falda con estampado local = look ganador. En África, por ejemplo, un hombre puede llevar camisa occidental con pantalón de tela Ankara, o una mujer combina falda tradicional con blusa moderna.

  • Comodidad ante todo: Muchas veces la ropa global se adopta porque sirve: zapatillas, mochilas… ¡comodidad total con un toque cultural!

 2. Tejidos y colores que cuentan historias

Las siluetas modernas se reinventan usando telas y colores propios de cada lugar.

  • Tejidos locales: Un vestido estilo occidental hecho con seda vietnamita, batik indonesio o lana andina ya tiene personalidad propia.

  • Colores: Lo que en pasarela es neutro y apagado, en muchas culturas se vuelve vibrante y lleno de significado 🎨✨.

 3. Accesorios que hablan por ti

Los detalles tradicionales hacen que un outfit simple de moda global diga mucho:

  • Joyería étnica: Una camiseta blanca + pantalón básico + collar masái de plata = estilo y cultura en un golpe de vista.

  • Pañuelos y turbantes: Mantienen la identidad y el decoro cultural, incluso cuando se mezclan con ropa moderna.

 4. Adaptarse a la modestia

No todo lo que vemos en pasarela encaja con las reglas de algunas culturas, así que toca jugar:

  • Capas: Vestidos cortos sobre leggings, blusas escotadas con camisolas por debajo… todo sirve para ajustar sin perder estilo.

  • Cambiar la silueta: Un vestido ajustado puede convertirse en túnica larga y suelta, y sigue estando a la moda, solo que más “culturalmente correcto”.

En pocas palabras: la moda global da la forma, la cultura local le pone alma. Colores, telas, patrones, accesorios… y reglas de uso. Resultado: un look moderno pero auténtico.

✨ La moda en la tercera edad

Aquí la cosa cambia un poco: los valores culturales pesan más que los estándares de belleza.

  • No se trata de mostrar el cuerpo, sino de elegancia, comodidad y mostrar calidad o estatus a través de la ropa.

  • Cada continente lo hace a su manera, pero la idea es la misma: vestirse bien es reflejar quién eres y cómo quieres sentirte, sin dramas por la edad.

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