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CHARLAS SIN FILTRO
Tu sonrisa a cualquier edad
La dentadura es una de esas cosas a las que no les damos mucha importancia hasta que algo pasa. Pero no te preocupes, ¡cuidar tus dientes en la tercera edad puede ser fácil y hasta divertido!
¿Por qué son tan importantes los dientes?
Piensa en tus dientes como tus mejores amigos para comer, hablar y, claro, ¡para sonreír! A medida que pasan los años, tus dientes y encías también envejecen. Es normal que se vuelvan más sensibles, que el esmalte se desgaste y que las encías se retraigan un poco.
Esto no es un problema si los cuidas bien. El secreto es la prevención. Un chequeo regular con el dentista puede detectar cualquier problema a tiempo y evitar que se haga más grande y molesto.
¿Qué puedes hacer para mantener tus dientes sanos?
Cepíllate bien: No te saltes el cepillado. Hazlo al menos dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves y un dentífrico con flúor. Recuerda cepillar también la lengua para un aliento fresco.
Usa hilo dental: El hilo dental es el superhéroe que llega a esos lugares donde el cepillo no puede. Úsalo una vez al día para eliminar la comida y la placa entre los dientes.
Cuida lo que comes: El azúcar es el enemigo número uno de tus dientes. Intenta reducir los dulces y las bebidas azucaradas. ¡Una dieta rica en frutas, verduras y lácteos es la mejor para tu boca!
¿Y si ya no tengo dientes?
¡No te desanimes! La vida sin dientes no tiene por qué ser aburrida o limitante. Hay muchas alternativas modernas y cómodas:
Prótesis dentales o dentaduras postizas: Son las más conocidas y pueden ser una solución rápida y económica. Se hacen a medida para que se ajusten perfectamente a tu boca y te permitan masticar y hablar sin problemas. Con un poco de práctica, te sentirás como pez en el agua.
Implantes dentales: Piensa en ellos como la opción VIP. Son pequeños tornillos de titanio que se colocan en el hueso de la mandíbula y sobre los que se pone un diente artificial. Son fijos y se sienten y ven como dientes reales. Son una inversión, pero a largo plazo, ¡valen la pena!
Puentes dentales: Si te falta solo uno o unos pocos dientes, un puente puede ser la solución. Es una estructura que se apoya en los dientes vecinos para rellenar el hueco. Es una solución fija, cómoda y duradera.
¡El dentista es tu aliado!
Recuerda que no estás solo en esto. Tu dentista es tu mejor amigo y consejero en lo que respecta a tu salud bucal. No esperes a que te duela algo para visitarlo.
Con un buen cuidado y, si es necesario, la ayuda de la tecnología moderna, ¡tu sonrisa puede ser tan brillante como siempre!
Operación Rescate: ¡Salven esos dientes!
O ese momento épico cuando te pones a masticar y tu boca parece una orquesta desafinada:
“¡Crack! ¡Crunch! ¿Eso fue un diente o un huesito de pollo?”
Y no hablemos del hilo dental... que parece más bien un deporte de riesgo:
"¿Será hoy el día que logro pasar el hilo sin que se me queden atrapados los dientes como en una trampa para ratones?"
La saliva que ya no ayuda, y tu lengua se queda preguntando:
"¿Sabes qué? Creo que el café ahora sabe a... tierra mojada. ¡Gracias, edad!"
Pero oye, con un buen cepillado, visitas al dentista y cuidándote, la cosa se aguanta y sigues sonriendo (aunque sea con sonrisa de mapache por el desgaste del esmalte).
Así que, ¡ánimo! Que tener dientes quejumbrosos es casi un club exclusivo, y estamos dentro, ¡y con estilo!
Dientes en la tercera edad: soluciones con chispa
1. Cepillado ninja
No, no es para pelear con los malos, sino para esquivar los rincones imposibles de la boca. Usa un cepillo de cerdas suaves y haz movimientos suaves, como si estuvieras acariciando un gatito dormilón. Nada de frotar como si quisieras borrar un graffiti, que el esmalte se siente y se queja. Yo soy fan de cepillo electrico con sensor de sensibilidad para no borrar graffitis
2. Hilo dental con estilo
Si te da miedo el hilo, imagina que es una cuerda de guitarra y que tú eres el rockstar que la domina sin despeinarse. Pasa el hilo con calma y si se atasca, no tires como si fuera un cable eléctrico: mejor pide ayuda o cambia de técnica. ¡Sin drama!. Yo tengo retenedor en la parte de abajo y uso hilo especial para ello ademas de palillos super finos de farmacia
3. Visitas al dentista = cita VIP
Piensa en la consulta como tu momento “spa” dental. Llegas con tu mejor sonrisa (o la que tengas) y sales con recomendaciones y trucos que ni en Netflix. Y si te dan esos aparatitos o protectores, tómatelo como un accesorio fashion que sólo los verdaderos cracks pueden llevar. Una amiga me dijo una vez prefiero el ginecologo al dentista, si visitas habitualmente al dentista prefiero abrir la boca que las piernas. No se tu...
4. Dieta que enamora al diente
Claro, no todo es ensalada. Pero si quieres que tus dientes aguanten la fiesta más tiempo, evita los ataques de azúcar en modo ‘fiesta loca’ y dale más besos a frutas, verduras y agua. Y ojo con las bebidas ácidas: no es que los dientes quieran irse de vacaciones, pero el ácido les pone una fiesta que no les gusta.
5. La saliva, tu mejor amiga traicionera 🤫
Sí, la saliva baja, pero no la olvides. Mastica chicles sin azúcar (sí, esos que parecen caramelos de la infancia) para que ella se ponga las pilas y te ayude a mantener la boca fresca y limpia. Eso sí, cuidado con pasarte, no es para que te conviertas en un robot mascando chicle todo el día. Yo prefiero caramelos pero es cuestion de gustos
6. Reemplazos con actitud
Si algún diente decidió hacer vacaciones permanentes, no te preocupes: prótesis, dentaduras o implantes están ahí para salvar el show. ¡Y hay opciones tan cómodas y naturales que hasta tu perro pensará que tienes dientes de verdad! (O bueno, eso esperamos…)
Así que ya sabes, cuidar los dientes en la tercera edad no tiene que ser aburrido ni dramático. Con estos trucos y un poco de humor, tus dientes seguirán siendo los protagonistas de tu sonrisa... aunque tengan un poco más de experiencia que antes. Y si has sido lista y los cuidaste toda tu vida la recompensa esta servida.