Cada compañía de teléfono, sea de donde sea, tiene sus reglas, y según el tipo de plan que tengas, eso es lo que cuenta. Lo primero que tienes que hacer es hablar con tu compañía y preguntarles opcciones.

Para los europeos 🇪🇺, tenemos acuerdos en la eurozona, así que solo hay que activar la itinerancia de datos (roaming) y listo. Pero si sales fuera de esos países, la cosa cambia. Si usas tu teléfono igual que cuando estás en casa, prepárate para una factura que te va a dar un buen susto 😱. ¿Por qué? Porque tu teléfono se conecta a las redes del país donde estás, ellos cobran a tu compañía, y tu compañía te cobra a ti un plus por “gastos de gestión”… y así, ¡zas! Factura salada.

La opción más fácil y barata es comprar una tarjeta SIM local📶Puede ser buena idea sacar tu SIM original para no usarla sin querer y poner la nueva. Con esa SIM no podrás llamar como siempre, pero sí hacer llamadas online, videollamadas, usar Skype, redes sociales... 🌐 Ojo, que WhatsApp está ligado a tu número, así que si cambias de SIM, no podrás usarlo con la nueva tarjeta, pero puedes conectarte a redes WiFi públicas y seguir chateando sin problema.

Otra opción es comprar una eSIM virtual. Primero, verifica si tu teléfono es compatible. Si lo es, es como tener un chip digital que activas con un código o QR y ¡listo! Igual que la tarjeta física pero sin andar con la SIM en la mano.

Para buscar info, solo escribe en Google “compañías SIM virtuales” y tendrás montones de opciones para elegir.

¡Así mantienes tu conexión y evitas sorpresas en la factura!