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CHARLAS SIN FILTRO
La influencia de las emociones en nuestra alimentación
Cuando hablamos de comida, los colores suelen asociarse con ciertos sabores, sensaciones o incluso emociones.
Rojo: intensidad, sabor fuerte o picante (como tomates, carnes, pimientos rojos, fresas). Suele abrir el apetito.
Amarillo/Naranja: energía, dulzura o acidez (como naranjas, zanahorias, mangos, maíz). También estimulan el apetito.
Verde: frescura, salud, naturaleza (como lechugas, espinacas, aguacates). Se asocia con lo saludable.
Marrón: sabor profundo, tostado, terroso (como el chocolate, el café, el pan integral, carnes cocidas).
Blanco: pureza, suavidad, neutralidad (como arroz, papas, leche, coliflor).
Negro: sofisticación o intensidad (como trufas, aceitunas negras, tinta de calamar). A veces puede ser raro o exótico.
Azul/Morado: dulzura o singularidad (como moras, uvas, berenjenas). No es común en la comida natural, así que se percibe como especial.
A veces una simple pregunta como esa abre la puerta a todo un mundo de ideas: diseño de platos, psicología del color en la gastronomía. Seria un buen slogan "Ven y comete lo que sientas"
Si te sigue picando la inquietud, podríamos jugar con eso:
– ¿Qué pasaría si cada plato de un menú tuviera un color dominante?
– ¿O si creáramos una “paleta de emociones” basada en colores de alimentos?
la relación entre color, comida y emociones. No estás sola/o en eso—muchas personas, consciente o inconscientemente, eligen alimentos según cómo se sienten o cómo quieren sentirse.
Es muy válido que te cuestiones cómo manejar la relación entre emociones y alimentación, porque muchas veces comemos no solo por hambre física, sino también por hambre emocional. Aquí te dejo algunas pautas para ayudarte a que tus emociones no dominen tu alimentación y para que puedas tener un equilibrio saludable:
¿Cómo evitar que las emociones influyan negativamente en tu alimentación?
Reconoce tus emociones
Practica la atención plena para identificar qué estás sintiendo realmente en el momento: ¿hambre física o hambre emocional?
Puedes preguntarte: ¿Realmente siento hambre o es ansiedad, tristeza, aburrimiento? ¿Cuándo fue la última vez que comí?
Busca otras formas de manejar las emociones. No siempre la comida es la mejor respuesta a una emoción.
Prueba:
1.-Respiración profunda o meditación
2.-Salir a caminar o hacer ejercicio suave
3.-Escribir en un diario o hablar con alguien de confianza
4.-Hacer actividades creativas o hobbies
5.-Planifica tus comidas y snacks
6.-Entre comidas, lleva snacks saludables para evitar atracones repentinos. Esto también te da sensación de control.
7.-No te censures ni te castigues
8.-Si un día comes emocionalmente, no te culpes. Aprende y sigue adelante. La alimentación saludable es un proceso.
Permítete disfrutar con equilibrio
No es necesario ser estricto o privarte para siempre. Permítete algún capricho ocasional, pero con medida.
¿Puedo darme un “atracón colorido” según mi ánimo?
Si quieres usar la comida como una respuesta emocional, mejor que sea una opción nutritiva por ejemplo, el menú emocional saludable que hablamos antes, con colores que acompañan o elevan tu ánimo sin hacer daño a tu cuerpo.
Un “atracón” de comida ultra procesada y alta en azúcares o grasas puede darte un alivio momentáneo, pero a largo plazo empeora el ánimo y la salud.
Es mejor aprender a reconocer cuándo es hambre y cuándo es emoción, y buscar alternativas para las emociones fuertes.
Consejos finales
Practica la alimentación consciente: come despacio, sin distracciones, saborea cada bocado. Esto ayuda a conectar mejor con tu cuerpo y tus necesidades reales.
Mantén una rutina de sueño adecuada y ejercicio regular, ya que ambos influyen mucho en las emociones y el apetito.
Aquí tienes algunas técnicas prácticas y efectivas para reconocer y manejar el hambre emocional y evitar que tus emociones dominen tu alimentación, yo las he usado en diversos momentos de mi vida pues volcaba mis emociones en la alimentacion y atacaba con todo lo que hubiera en la despensa sin pensar si era yo o mi estado de animo quien comia igual que el dia que tenia un agujero en el estomago y nada me llenaba:
Técnicas para manejar el hambre emocional: El diario emocional y de alimentos
1.-Lleva un registro de lo que comes, cuándo y cuál fue el estado emocional que sentías (estrés, aburrimiento, felicidad, tristeza).
Esto te ayuda a identificar patrones y momentos en los que comes por emoción y tomar conciencia.
2.-La regla de las 10-15 minutos
Cuando sientas ganas de comer y no estés seguro si es hambre o emoción, espera 10-15 minutos antes de comer. Durante ese tiempo, prueba alguna actividad para distraerte (leer, respirar, caminar) y observa si el deseo pasa.
3.-Chequea el hambre física
Pregúntate:
¿Siento hambre en el estómago?
¿Me duele la cabeza o siento mareo por no comer?
¿Estoy salivando al pensar en comida?
Si la respuesta es no o poco, es posible que sea hambre emocional.
Practica la alimentación consciente
Come sin distracciones (sin TV, móvil o trabajo).
Mastica despacio, nota textura, sabor y sensación.
Pregúntate si aún tienes hambre después de cada bocado.
Técnicas de relajación
La respiración profunda o abdominal para bajar la ansiedad.
Ejercicios breves de meditación o mindfulness.
Estiramientos o una breve caminata para cambiar el foco mental.
Ten snacks saludables en una caja de emergencia
Esconde una caja con chocolate negro, datiles, frutas deshidratadas, tortas de arroz con o sin chocolate, hay muchas opciones en el super pero no lo tengas a la vista ha de ser solo para emergencias, no es para todos los dias
Crea un "kit anti-ansiedad"
Puedes armar una caja o espacio con cosas que te calmen y distraigan, como libros, música, un cuaderno para escribir, pelotas antiestrés, etc.
Estas técnicas puedes practicarlas poco a poco y elegir las que mejor te funcionen. La clave está en darte espacio para reconocer tus emociones sin juzgarte y responder desde la conexión con tu cuerpo.
Atracon Emocional
La idea de “pegarnos un atracón emocional” de vez en cuando puede ser vista desde distintos enfoques, y la clave está en el equilibrio, la relación que tengas con la comida y cómo te sientas después.
¿Es malo darse un atracón emocional ocasional?
No es inherentemente malo si es ocasional y consciente. Permitirte un momento de placer puede ser una forma de auto-cuidado y liberar tensiones, siempre y cuando no se vuelva una conducta recurrente o un escape constante.
La comida puede tener un valor emocional importante: compartir con amigos, celebrar o simplemente darte un gusto puede fortalecer tu bienestar emocional.
¿Cuándo puede ser problemático?
Cuando el atracón se usa frecuentemente para evitar enfrentar emociones o situaciones, puede generar un círculo vicioso que afecta tu salud física y mental.
Puede derivar en sentimientos de culpa, baja autoestima o ansiedad por la relación con la comida.
¿Puede ser terapéutico?
En algunos casos, permitirse un “atracón controlado” o un capricho puede ayudar a liberar estrés y disminuir la sensación de restricción, lo que a la larga puede hacer que tu relación con la comida sea más sana.
Recomendaciones para que un atracón sea más saludable:
1.-Hazlo consciente: Disfruta el momento sin culpa, pero sin perder el control.
2.-No te restrinjas demasiado: Una alimentación demasiado estricta puede aumentar la probabilidad de atracones.
3.-Escoge opciones que te hagan sentir bien no solo emocionalmente sino también físicamente: Por ejemplo, si te apetece dulce, busca un postre que te guste pero que tenga ingredientes de calidad.
4.-Después, vuelve a tu rutina saludable sin castigarte.
¡Recuerda! La relación con la comida es personal, y lo que funciona para una persona puede no ser igual para otra.
Tips para tus momentos especiales
.-Sé consciente: Antes de empezar, respira hondo y piensa en lo que realmente quieres disfrutar.
.-Porciones: No es necesario excederse, disfruta de porciones que te satisfagan pero sin sentirte abrumada.
.-Disfruta sin culpa: Ese es tu momento para reconectar con el placer de la comida sin juicios.
.-Hidratación: Bebe agua antes y después para ayudar a tu cuerpo.
Actividad al día siguiente: Planifica alguna caminata o ejercicio ligero para sentirte bien y compensar el exceso.
Consulta y apoyo
Llevar una guía o diario de estos momentos puede ayudarte a mantener el equilibrio y evitar que se vuelvan impulsos descontrolados.
Si sientes que necesitas apoyo extra, un profesional en nutrición o psicología puede acompañarte en el proceso.