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Infusiones: las brujas invisibles que te embaucan con calma
Infusiones naturales, pero ojo con el exceso
Parecen inofensivas, humeantes y relajantes… pero cada sorbo tiene un plan secreto. Te prometen paz, energía o sueño reparador, mientras se ríen en secreto de tu adicción a sus rituales de bolsa y agua caliente.
Aunque muchas infusiones se perciben como “naturales” y casi inofensivas, contienen compuestos activos que pueden afectar nuestro cuerpo. Tomarlas sin control o en grandes cantidades puede ser perjudicial, especialmente si estás tomando medicamentos.
¿Se pueden tomar sin control?
La respuesta corta: no. “Natural” no significa seguro a cualquier dosis. Todo depende de la cantidad. Incluso el agua, vital para la vida, puede causar problemas si se consume en exceso (hiponatremia, para los curiosos).
Riesgos de las infusiones
Interacciones con medicamentos: Algunas hierbas, como la hierba de San Juan, pueden potenciar o anular efectos de fármacos, desde antidepresivos hasta anticonceptivos o anticoagulantes.
Efectos secundarios: Dolores de cabeza, insomnio, nerviosismo, problemas digestivos o incluso daños a órganos a largo plazo si se consumen en exceso.
Precaución con ciertas condiciones: Personas con hipertensión, problemas renales o hepáticos, o mujeres embarazadas, deben ser especialmente cautelosas.
¿Cuánto es recomendable?
No hay una cantidad única para todas las infusiones, porque la concentración de sus principios activos varía. Una regla general: 1-2 tazas al día suele ser seguro para la mayoría. Escucha a tu cuerpo y, si tienes medicación o alguna condición médica, consulta siempre a un profesional de la salud.
Cantidades recomendadas de infusiones comunes
Té (negro, verde, blanco): Contiene cafeína y taninos. En exceso puede provocar nerviosismo, insomnio o taquicardias.
Cantidad segura: 3-4 tazas al día (720-960 ml), salvo sensibilidad a la cafeína.
Manzanilla: Calmante y digestiva, generalmente muy segura.
Cantidad segura: 1-4 tazas al día; mejor no superar 2-3.
Menta (hierbabuena o menta piperita): Ayuda a la digestión, pero puede causar reflujo si se toma en exceso.
Cantidad segura: 2-3 tazas al día.
Jengibre: Bueno contra náuseas e inflamación. En exceso puede provocar acidez, gases o diarrea.
Cantidad segura: 1-2 tazas al día en infusión (equivale a unos 4 g de jengibre seco).
Tila: Sedante y relajante. En exceso puede bajar la presión arterial.
Cantidad segura: 1-2 tazas por la noche.
Resumen
Las infusiones pueden ser aliadas de un estilo de vida saludable, pero no son “agua de mayo” que se pueda beber sin límite. La clave está en la dosis y en considerar tu estado de salud y medicación. Ante la duda, siempre consulta con un profesional.
Infusiones para el bienestar (y para liarla también, si no te andas con ojo)
A ver, empecemos por lo básico: me encanta el té. En casi todas sus versiones. Verde, negro, rojo, blanco, hasta ese que parece césped en una taza. Es mi momento zen del día. Pero cuando me empiezan con el "tómate esta infusión que es natural y buenísima pa' todo"... ahí me entra el sudor frío. Porque, amiga, una cosa es natural y otra cosa es que tu cuerpo la reciba como si fuera agua bendita.
¡Natural no significa inocente!
El veneno de serpiente también es natural y mira tú qué bien sienta… 💀
La moda de las infusiones "mágicas" ha convertido las herboristerías en el nuevo Hogwarts. Todo el mundo tiene la fórmula perfecta: “Esto es bueno para el hígado”, “esto para la ansiedad”, “esto para la retención”… Ya, ya… pero nadie te pregunta si tienes tiroides, si tomas medicación, o si el té que te están recomendando te va a poner a dar vueltas como un ventilador por la noche.
Ejemplo real:
Mi suegro, bendito él, enganchadísimo a las pastillitas Juanola de regaliz. Cada día, como si fueran caramelos. Nadie le dijo que eso, con su medicación (el Simtrom, que parece que ahora lo recetan más que el paracetamol), podía liarla parda. ¿Por qué? Porque el regaliz altera el tiempo de coagulación. Así, sin avisar. Pero eh… es “natural”, ¿no? 😑
Otro clásico:
“El ginseng es buenísimo para la energía.” Sí, cielo, pero si estás medicado para el corazón o tomas anticoagulantes, te puede poner la sangre como batido de feria. Y ahí estás tú, tan feliz con tu infusión “detox”, y tu cuerpo diciendo: “¿Pero esto qué eeeeeehh?”.
Conclusión infusionada:
Las hierbas son maravillosas, sí, pero tu cuerpo no es una taza vacía. Tiene historia, tiene farmacia, tiene sus traumas. Así que antes de irte a la aventura del té de 12 raíces exóticas, ¡consulta con alguien que sepa! Que luego el "bienestar" se convierte en “bien fastidiá”.
Y por favor, que alguien le diga a su suegro lo de las Juanola… antes de que salga volando por exceso de “naturalidad”.